sábado, 12 de noviembre de 2011

SER SANTO ES PARTICIPAR DE LA SANTIDAD DE DIOS

La Iglesia es una gran familia en la que Dios es Padre, Jesús el Hermano Mayor, el Espíritu Santo es el santificador que comunica amor entre los miembros de tal manera que, aunque no los hemos visto, podemos llegar a conocer y amar mucho a los santos. Ellos nos enseñan, guían e interceden por nosotros. María es la madre de la familia santa.
El luminoso ejemplo de los santos despierta en nosotros el gran deseo de ser como ellos, felices de vivir junto a Dios, en su Luz, en la gran familia de los amigos de Dios.
El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del prójimo".
Para ser santos no es necesario realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales, es necesario ante todo escuchar a Jesús y después seguirle, sin desalentarse ante las dificultades.

El ejemplo de los santos es para nosotros un aliento a seguir los mismos pasos y a experimentar la alegría de quien se fía de Dios, pues la única causa de tristeza y de infelicidad para el hombre se debe al hecho de vivir lejos de Él
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Fiesta de todos los Santos

1 comentario:

  1. Esta muy interesante lo que has publicado porque nos enseñan que parta ser santos solo es importante creer en Dios y nos explicaste como podemos serlo .gracias

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